Keny Arkana

Jamás pensé que una persona tan pequeñita consiguiera con su rasgada voz crear en mí un sentimiento de lucha, amor y rabia. La rabia es necesaria para soportar todo lo que odias, para amar sin compasión, para no caer de cansancio por todos esos demonios que hacen de este mundo una jungla.
Keny Arkana, transmite todo eso y muchísimo más en cada una de sus canciones, fundiéndose con el hormigón de los bloques de la periferia parisina. No me interesa su vida sino sus canciones, alejada de los clichés del hip hop más garrulo, apuesta por la utopía sin máscaras ni miedos, reivindicando a personajes que ahora son más importantes que nunca. Yo noto alivio cuando me acuerdo de Marcos y su lucha, el resultado de la batalla no me importa porque sé que está perdida, pero me solidarizo con este intelectual metido a guerrillero que lucha por los menos favorecidos, como diría Eduardo Galeano por los nadie, por los que no tienen voz ni voto, pero sí tienen su lugar, su sitio, su tierra y su gente.
En estos días lo verdaderamente estúpido es creer en este sistema que agoniza, como agua de manantial quiero pureza, aunque sea a ostias. Hablar de música no es hablar de notas, ni de matemáticas, sino de sensaciones auténticas, diapositivas que pasan por tu cabeza a trecientos km/h, sin pulir, sin limpiar como pescado ensangrentado,ni siquiera me apetece bailar cuando escucho a Keny solo fruncir el ceño, solo, porque la mala ostia no me la puede robar nadie.
1 comentario
bixaaaa -