Jose Luis Rodriguez, El Puma.
José Luis Rodriguez el Puma, antes que cantante quiso ser piloto de moto GP, una particularidad que muy poca gente sabe. Las motos le importaban un carajo, pero ir a trescientos km/h, le dejaba el pelo estupendo, no había laca que pudiera mantener ese tupé estilo ovillo de lana ovejero, incluso el mismo Elvis contactó con él para pedirle consejo, qué tiempos aquellos. No dudó, ni se cortó en ponerse de nombre artístico El Puma, su cara de velocidad casi lo imponía.
Luego llegaron sus primeros contactos con la cosmética y Llongueras, con el que mantuvo una estrecha amistad y colaboración, entre ambos definieron su estilo. Los comparaban con Jagger y Richards, Lennon y McCarney. Sus canciones pasan a un plano casi paranormal, si se pueden llamar canciones a esos rípios borregueros con los que se desgañitaba.
Sacó sus propia firma de lacas, pero realmente lo que le encumbró fue cuando creó sus propias zapatillas, Las Puma. Disco tras disco y gala tras gala, El Puma iba tirando por tierra la palabra música o interpretación, si hubiera sido por mí, lo hubiera metido preso en Alcalá Meco.
Decir que no tuvo cosas buenas no sería justo, jamás se dopó, dio a conocer a otro genio incomprendido: Georgie Dann, entre los dos compusieron en la Toscana el hit El Chiringuito. Aunque perseguidos por asociaciones naturistas por haberse fundido media capa de ozono, su amistad sigue vigente.
El Puma se dedica más a sus propios negocios que a la música, algo muy positivo para los Venezolanos, pues el infarto de miocardio ha decaído considerablemente desde que se sube menos a los escenarios. Georgie Dann desapareció por méritos propios, dedicándose exclusivamente a los fijadores para pelo.
Esta frase la saqué de un libro de citas de diversos intelectuales: Una gran melena define a un hombre grande (Jose Luis Rodriguez, El puma).
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